Fisioterapia y artes escénicas: menos tensión, ningún dolor, cero lesiones

Músicos, bailarines, actores, todos quieren hacer su papel a la perfección. Y con demasiada frecuencia, este nivel de exigencia conlleva riesgos y lesiones. El cine lo ha mostrado en películas como Whiplash, Birdman o El cisne negro, si las habéis visto, ya sabéis cómo funciona y hasta qué punto se puede llegar a sufrir en el mundo de las artes escénicas.

El CFC publica ahora el reportaje 'Fisioterapia en Artes Escénicas', en su canal Fisiotv.cat, con varios testigos que muestran que en estos casos el sufrimiento puede ser mental pero también físico: que el pánico puede dejarte literalmente clavado.

El reportaje cuenta con la participación de la fisioterapeuta Ana Velázquez, coordinadora del Grupo de Trabajo de Artes Escénicas del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña.

Hay músicos que han tenido que dejar de tocar, actores que han perdido la voz, bailarines apartados del escenario. El pánico escénico puede jugar a favor del artista, si sabe canalizar la subida de adrenalina para dar lo mejor de sí mismo, pero resulta patológico cuando merma la capacidad artística.

Por eso los expertos aconsejan desterrar la creencia de que el dolor es indispensable y que forma parte del proceso para interiorizar la técnica: no todo deben ser repeticiones hasta que salga bien, no hay que maltratar el cuerpo.

Para evitar estos extremos, el papel de los fisioterapeutas puede ser clave. Son los profesionales sanitarios que tienen la preparación necesaria tanto para aplicar el tratamiento, cuando el daño ya está hecho, como para trabajar desde la prevención.

Lo ideal sería que las compañías teatrales, los grupos de música y de danza entendieran que el fisioterapeuta también debe formar parte del equipo.

Los fisioterapeutas pueden identificar el problema a partir de la sintomatología del artista, que puede ir desde los temblores hasta el Hipertin muscular, pasando por el exceso de sudoración, la afonía, el pinzamiento o el "trac" (el bloqueo ) más brutal.

A continuación habrá que evaluar la metodología de trabajo del artista y su conciencia corporal, y readaptarse según el caso.

El objetivo es mejorar la experiencia, buscar la eficacia a través de técnicas personalizadas y desterrar el dolor trabajando las posturas y estableciendo una buena tabla de estiramientos.

Menos tensión, menos fatiga, dolor y más conocimiento corporal, los factores de riesgo personales y de la disciplina en cuestión; y, por tanto, mejor rendimiento, mejor puesta en escena, y, sobre todo, cero lesiones.