"Estaba en el suelo con unas rampas terribles. Lo atendí, se levantó, y pudo terminar la Maratón"
Publicada el 09/04/2018
Míriam Monterde (1975) necesitó la ayuda de unas lupas potentísimas para estudiar la carrera: es ciega de nacimiento, sólo ve luces, formas y sombras. Pero eso no le ha impedido licenciarse en Fisioterapia ni ser una atleta con el objetivo de estar en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, en 1.500m 5.000m, que para ello, además de trabajar, entrena fuerte con un guía, en la pista que hay junto al campo del Barça.
Atleta y fisioterapeuta osteópata, cuando supo que existía el proyecto Fisiorunners (de asistencia en carrera a los participantes de la pasada Maratón de Barcelona) del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, se apuntó.
"Era la oportunidad de unir las dos cosas que más me gustan: la Fisioterapia y el atletismo. Y también era una manera de vivir la Maratón desde dentro, sin correrla, que es otro reto que tengo para más adelante ", explicó Monterde el CFC.
El domingo 11 de marzo, esta colegiada estubo en el tramo final de la Maratón de la capital catalana (concretamente entre el km32 y el km42), atendiendo a todo el que lo pedía, acompañada por Jordi, un amigo que se ofreció a hacerle de guía.
"Fue una experiencia impresionante", asegura Monterde. "Fue muy bonito, vivirlo, la gente es muy agradecida, y eso que en muchos casos sólo dábamos apoyo psicológico".
Monterde atendió también un chico que, a menos de 10km del final de la mítica prueba, "estaba en el suelo con unas rampas terribles, incapaz de dar un paso. Lo atendí y se recuperó. Se levantó y pudo terminar la Maratón".
Este era el espíritu del proyecto Fisiorunners: ayudar a los participantes a llevar a cabo el sueño de terminar esta dura prueba. Por eso aquel domingo más de 30 fisioterapeutas del CFC (Míriam Monterde entre ellos) y 30 estudiantes se calzaron las zapatillas y se lanzaron al asfalto, coordinados por Marc Lari y Christian Fernández.